Durante toda su etapa como entrenador, tanto en Lanus como ahora en Boca, Guillermo Barros Schelotto ha optado por armar equipos ofensivos, verticales y directos. Con el 4-3-3 como su sistema madre, aunque actualmente ha utilizado el 4-2-3-1 en Boca, siempre haciendo principal hincapié en los extremos (donde el jugaba) y prescindiendo de un enganche. Se sabe que a Guillermo le gusta que sus conjuntos sean intensos a la hora de recuperar la pelota y que tengan mucha dinámica para atacar, por lo que difícilmente forme un 4-3-1-2, para jugar con la pausa que puede darle un jugador cerebral y conductor en los últimos 3/4 de cancha. Es por esto que desde que asumió como entrenador en Boca, ha utilizado mediocampistas "mixtos" de gran panorama para encargarse de la elaboración de juego y también otros con dinámica para ayudar a la recuperación de la pelota (Fernando Gago, Pablo Pérez, Rodrigo Bentancur y Nández, entre los mas destacados). Así poder complementarlos con extremos de gran desequilibrio individual (Cristian Pavón, Ricardo Centurión y Sebastián Villa, el mas reciente) para de esta manera asistir a los centrodelanteros, que siempre supo y suele tener en sus equipos el Mellizo (Darío Benedetto, Walter Bou, Wanchope Ábila y el mismo Carlos Tevez, quién ha sido delantero de área en varias oportunidades). Si bien el entrenador ha sido siempre fiel a su forma de jugar y ha logrado que varios de estos jugadores se adapten de gran manera a su sistema táctico, también hubo excepciones. Y estas últimas han sido con futbolistas de características muy distintas a las del gusto del entrenador, enlaces o mas conocidos como los clásicos "diez", que en lugar de hacer explotar sus mayores virtudes para potenciar el funcionamiento del equipo se los a intentado cambiar y transformar en volantes internos o falsos extremos. El caso mas emblemático en Boca es el del colombiano Edwin Cardona, quién llegó al Xeneize siendo un enganche clásico, pero hasta el día de hoy se lo ha obligado a hacer la banda como extremo izquierdo y nunca se le ha otorgado la libertad de moverse suelto por el centro como si le había dado el profesor Juan Carlos Osorio en Atlético Nacional, dónde supo brillar y llegar a la final de la Copa Sudamericana.
Desde su arribo al club de la Ribera, el talentoso enlace colombiano ha sido comparado con el ídolo máximo del pueblo boquense: Juan Román Riquelme. Si bien el nacido en Medellín, reconoció ser un gran admirador del "diez" argentino, pidió que no se lo compare y que se lo dejase hacer su propia historia en Boca. Aunque su comparación se ha hecho inevitable, no solo por sus características de juego (pausado, mas asistidor que goleador y con una gran pegada) o físicas (Cardona mide 1,82 cm y Riquelme 1,83 cm), sino también porque Cardona optó por llevar la camiseta con el número 10 en su espalda y cuyo dueño es justamente Riquelme. Además de los medios y los hinchas, otro que se sumó a esta comparación fue el capitán del equipo Fernando Gago: "Cardona tiene la visión de juego de Riquelme" manifestó el volante central, destacando también la buena pegada y la rapidez mental del colombiano. También el propio Riquelme fue consultado y dio su opinión sobre Cardona. "Hace que Boca juegue a otra cosa. Cuando juega él, Boca tiene pausa, cuando no juega, no la tiene" y cerró diciendo que ojalá juegue mejor que él. Algo que pareciera una utopía, pero que también demuestra una gran banca del máximo ídolo boquense a Cardona. Que durante el transcurso de su tiempo en el Xeneize (poco mas de un año) fue demostrando todo lo que se esperaba, no tanto como conductor del equipo ya que el entrenador siempre lo ubicó de extremo, pero si con asistencias y con su gran pegada. Como en el superclásico con River en el Monumental, dónde convirtió un golazo de tiro libre (elegido el mejor gol de la Superliga 2017/18) rememorando otro gran gol de tiro libre, de Riquelme por los cuartos de final de la Copa Libertadores 2000, al mismo rival, en la misma cancha y en el mismo arco. Desde ese día el hincha de Boca comenzó a reconocerlo y a pedirlo como titular, aún pese a que este año ha tenido un rendimiento irregular, pero sabiendo que tiene mucho para dar con esta camiseta y estará en el técnico darle el mejor lugar en el campo, que está claro que no es el de "extremo".
Volviendo al estilo de juego que pregona el siete bravo en sus equipos podemos ver que ya desde sus inicios como entrenador en Lanus, insistía con ubicar futbolistas que han sido enganches como extremos, obligándolos a hacer la banda. Generando que estos no rindieran de la mejor manera, como los casos de Diego Valeri, Cristian "Pochi" Chavez y Gonzalo Castellani, a este último también lo dirigió en el Xeneize, aunque nuevamente volvió a usarlo en la misma posición y el resultado fue el mismo. Cuando agarró Boca, uno de los primeros cambios que hizo respecto al equipo del Vasco Arruabarrena fue poner a Nicolás Lodeiro de extremo, cuando venía jugando suelto adelante de los volantes y atrás de los delanteros (de enganche). Lo que llevó al uruguayo a bajar considerablemente su rendimiento y a partir al fútbol de Canadá. En una muestra mas que para Guillermo el clásico enganche no es de su devoción, piensa que éste le reduce la velocidad de descarga ofensiva a un equipo y él quiere un equipo que transite muy rápido por la mitad de cancha. En una entrevista el año pasado, tras la partida de Ricardo Centurión y la llegada de Edwin Cardona, el mellizo declaraba que pese a que tenían distintas características no iba a cambiar el sistema táctico y comparaba el esquema de Boca con el del Liverpool. Señalando que el colombiano iba a jugar de extremo por izquierda, como lo hacía el brasileño Coutinho en el conjunto ingles, marcando que este tenía un estilo de juego mas similar al de Cardona que al de Centurión. A pesar de lo mencionado anteriormente, hubo una excepción en el que entrenador de Boca jugó con enganche y se fue en el final del año 2017 y el nombre que le hizo cambiar al sistema 4-3-1-2 fue Carlos Tevez. Si bien el "Apache" es mas mediapunta que enganche, en ese tramo final en el que el Xeneize derrotó a San Lorenzo, Racing y River, ocupó esa posición delante de los volantes (Gago, Bentancur y Pablo Pérez) y detrás de los puntas (Pavón y Bou). Luego Tevez se iría al fútbol chino y Guillermo volvería a su tradicional 4-3-3 con el ingreso de Centurión.
"Luego llegó Edwin Cardona que si bien ocupó la misma posición de Ricky (Centurión) juega a otra cosa, es más bien un conductor (enganche) y de muy buena pegada, que necesita estar en contacto con la pelota y no pegado a la línea como un extremo. También se lo llegó a comparar con el máximo ídolo del club (Riquelme), al llevar el mismo número de camiseta. Otro jugador que reúne algunas de las características del último diez es "Bebelo" Reynoso, un enganche proveniente de Talleres de Córdoba, que victima de este "fútbol moderno" y de la misma idea del Mellizo (expuesta anteriormente) juega de volante interno. Continuando con éste argumento, podemos sumar dos casos más de futbolistas que encajarían mejor en otro sistema en donde se incluya un enlace, como son los casos de Gonzalo Maroni y Carlos Tevez. En el caso del joven cordobés se lo ha probado tanto de extremo como de interno y si bien tiene características distintas a los antes mencionados su posición natural es la de enganche, aún siendo más vertical. Y por último está el caso más emblemático que es el de Tevez, quién para el entrenador su lugar está dentro del área (centrodelantero) y el ha manifestado querer jugar como mediapunta detrás del nueve" (ver "Sólo los imbéciles no cambian"). Hoy en la actualidad alterna el 4-3-3 con el 4-2-3-1, con este último sistema busca ocupar la posición del enganche con un delantero retrasado, ya sea con la nueva incorporación Mauro Zárate o con Carlos Tevez (quién regreso al club este año). Optando por delanteros que parten desde atrás y no por un clásico organizador como los ya mencionados Cardona, Reynoso y Maroni, aunque este último se acaba de ir a préstamo a Talleres para tener mas minutos en cancha.
"En estos tiempos, la figura del enganche pareciera haber quedado guardada en el baúl de los recuerdos. Esto se refleja en el fútbol “moderno” caracterizado por la disciplina táctica y el rigor físico, donde los jugadores pasan a ser primero atletas y luego futbolistas en la consideración de los cuerpos técnicos. Como toda regla y moda, se encuentra la excepción, y es gracias a ello que, aunque a cuenta gotas, siguen surgiendo. Algunos pocos son los que consiguen el respaldo del entrenador y otros tantos terminan adaptándose al contexto poco favorable a su juego para poder sobrevivir reconvirtiéndose de posición en posición" (ver El enganche: jugador conceptual por excelencia en ataque). Edwin Cardona pertenece a estos últimos, si bien no hay dudas de que está muy lejos de tener la calidad y el talento que siempre distinguió a Riquelme, esta claro que es un jugador que juega como lo hace un "diez". En la actualidad no lo está haciendo, juega de otra cosa y quiere complacer a Guillermo para conservar la titularidad, hace los deberes. Pero sabe que si quiere quedar en la historia de la azul y oro deberá lograr que el mellizo cambie de opinión.