Dicen que el fútbol se inventó a mediados del siglo XIX en Inglaterra, pero que en dónde mejor se ha jugado ha sido en Sudamérica y sobretodo en tierras brasileñas, país ganador de cinco copas del mundo, con jugadores como: Pelé, Garrincha, Rivelino, Zico, Sócrates, Romario, Rivaldo, Ronaldo y Ronaldinho. Aunque para muchos otros el verdadero representante del fútbol individualmente hablando (sin olvidarse de Di Stéfano y Cruyff, aunque de forma mas colectiva) nació hace 58 años en la Argentina, mas precisamente en la provincia de Buenos Aires y en la ciudad de Villa Fiorito. En dónde el 30 de octubre de 1960 llegó al mundo un tal "Pelusa" mas conocido como Diego Armando Maradona, quién en 1986 en México y a sus 25 años, le marcó a los ingleses el gol mas hermoso de la historia de los mundiales. En una extraordinaria jugada individual en la que el morochito, oriundo del partido de Lomas de Zamora y con la 10 en la espalda, llevó la pelota atada a su zurda desde la mitad de cancha hasta empujarla a metros de un arco vacío y tras haber dejado en el camino al arquero Peter Shilton (a quién le acababa de convertir un gol con la mano) como a todo inglés que se le había cruzado. Logrando así quedar como una de las leyendas del fútbol, consagrándose campeón del mundo y siendo el mejor jugador de ese mundial y posteriormente de la historia. Aunque anteriormente, ya había marcado indicios de esta obra de arte, luego de convertir otro gol verdaderamente maradoneano tras dejar en el piso al gran arquero argentino Ubaldo Fillol y frente a otro rival con camiseta blanca y roja, pero llevando los colores de su gran amor: el azul y oro. Este amor se llamaba Boca Juniors, en dónde llegó proveniente de Argentinos Juniors a principios de 1981, después de haber estado a punto de pasar al Barcelona y también a River Plate. Este último ofreciéndole un contrato millonario, del mismo valor que el de sus principales figuras, pero al que el joven enganche y goleador de la paternal terminó rechazando para irse al Xeneize y así se cerro un romance que sería para toda la vida.
En el corto paso de un año y medio por el club de la Ribera, Maradona convirtió 28 goles en 40 partidos y consiguió el campeonato. Demostró que no sólo no le pesaría esa '10' de Boca, sino que además fue creada a su medida. Para recordar sus grandes actuaciones en los clásicos frente al conjunto Millonario, dónde siempre que lo enfrentó le marco goles y dejo para la historia aquella memorable apilada a Fillol y Tarantini en la lluviosa noche del 10 de abril en la Bombonera. Una fecha que quedó inmortalizada por la genialidad del gol, en una clara victoria del Xeneize por 3 a 0. Además otro dato de color y no por eso menor es la imagen de Diego todo embarrado, representando de la mejor manera al hincha boquense, ya que reflejaba la imagen del jugador habilidoso que también dejaba la vida por la camiseta. Luego de coronarse campeón del Metropolitano de 1981, llegaría la primera decepción en el Campeonato Nacional, quedando eliminado en cuartos de final con Vélez Sarsfield. Esta mala actuación se debió, principalmente, a la gran cantidad de partidos amistosos que disputó el club para mejorar su situación económica. En enero de 1982 jugaría sus últimos partidos con la azul y oro, por el Torneo de Verano, ya que luego debió concentrarse para el mundial que se jugaría en España. Su destino ya estaba en el viejo continente y mas precisamente en el Barcelona, terminando así su primera etapa en Boca, pero sabiendo que no sería la última.
Después de 13 años Maradona volvería a Brandsen 805, a ponerse la camiseta del club de sus amores y con la que siempre había querido retirarse. Tras haber hecho su carrera en Europa, principalmente en el Nápoles italiano, en el que sin dudas fue dónde mejor rindió (Ganando 5 títulos) y coincidiendo con su mejor etapa en el seleccionado argentino en el que obtuvo el campeonato del mundo y el subcampeonato. Volvía con 35 años y habiendo jugado 4 copas del mundo, pero con muchos problemas extrafutbolísticos y con su segunda suspensión de 15 meses en 4 años, la primera había sido como jugador del Nápoles y la segunda fue la tan recordada del mundial de Estados Unidos en la que quedó inmortalizada la frase
"Créeme que me cortaron las piernas" en referencia a la suspensión que lo dejaría fuera de su último mundial. Tras su vuelta al Xeneize, el equipo no andaría bien en el torneo apertura 1995 y raíz de esto asumiría como presidente del club Mauricio Macri. Que como primera medida traería a Carlos Bilardo buscando revivir los éxitos de la selección argentina, a pesar de que su última experiencia juntos no había resultado buena en el Sevilla de España. Algo que se volvería a repetir en Boca, lo que llevaría a Maradona a alejarse por complicaciones con sus adicciones y regresaría después de 11 meses, pero ya con Héctor el "Bambino" Veira. Nuevamente volvería a dar positivo en un doping, en la victoria frente a Argentinos Juniors, aunque esta vez la AFA le daría una suspensión provisoria permitiendole jugar hasta que la sanción sea definitiva. Finalmente después de problemas físicos y lesiones, volvería a las canchas frente a River en el Monumental, en el que sería su último partido oficial y donde jugaría sólo el primer tiempo para luego ser reemplazo por un joven Juan Román Riquelme que estaba dando recién sus primeros pasos. Sería victoria para el Xeneize por 2 a 1, con el recordado gol de un platinado y alto Martin Palermo, despidiéndose con otra de sus frases memorables
"Boca jugó a lo Boca y River fue River. Jugó un gran primer tiempo y en el segundo se le cayó la bombacha", una vez mas Diego volvía a cruzarse con el club de Nuñez y en esta oportunidad sería para cerrar su carrera.
Por último, si algo todavía faltaba para mostrar el amor de Diego por los colores azul y amarillo, se dio el 10 de noviembre del 2001 cuando el diez tuvo su merecido homenaje en la Bombonera. En el que además de tener un estadio completamente lleno, con 60.000 personas emocionadas ovacionandolo y despidiendolo, el diez se sacó la camiseta de la selección Argentina en el medio del partido (con todo lo que significa para él) y mostró la del Xeneize, con el número 10 en la espalda y el nombre de quién era su sucesor Juan Román Riquelme. En este marco y bajo toda la expectativa que se genera cuando va hablar Diego, casi la misma que causaba cuando llevaba la pelota pegada a su zurda, el diez dejo dos frases que quedarían para la historia. La primera, seguramente la mas conocida por todo el ambiente futbolero en general, la famosa frase de
"Yo me equivoqué y pagué, pero la pelota no se mancha" para que la gente explote y se venga el estadio abajo. Aunque todavía faltaba la frase que inmortalizaría a la Bombonera como el "Templo del fútbol" y la que no dejaría ninguna duda de su fanatismo por el conjunto de la Ribera
"Gracias a este templo del fútbol que es la Bombonera. Muchos 'caudillos', que decían que jugaban en todas partes del mundo, cuando venían acá iban muchas veces al baño. Por eso, no hay cancha como esta, para disfrutar y para presionar al rival. Por eso le agradezco a dios que haya creado la Bombonera y que me haya hecho de Boca.", una vez mas, Diego marcando la cancha y poniendo a la Bombonera como un templo sagrado al que ningún rival quiere venir a jugar. En lo único que estaba equivocado, mostrando su lado mas humano, era en creer que su amor por el Xeneize fue una obra de dios. Ya que no fue así, como decía la famosa canción de 1981, cuando se fue del bicho de la Paternal:
"Lo quería el Barcelona, lo quería River Plate, Maradona es de Boca, porque gallina no es".