Cuenta la historia
que hace casi 20 años, allá por mediados de noviembre de 1998, Boca Juniors se
imponía por 2 a 1 ante Talleres de Córdoba por la fecha 15 del torneo apertura.
Esa tarde en la Bombonera el equipo de la Ribera, dirigido por Carlos Bianchi,
llegaba puntero e invicto con el goleador del campeonato Martín Palermo; quién
terminaría como el máximo artillero con 20 tantos en 19 fechas marcando un récord en el
fútbol argentino. Justamente Palermo sería uno de los protagonistas de esa
victoria, marcando un gol cuando se moría el partido. Aunque el actor principal
fue Guillermo Barros Schelotto quién se encargo de abrir la cuenta con un golazo
que quedaría en la memoria de todos los xeneizes, una jugada magistral gambeteando
a todo rival que se le cruzara y definiendo de zurda ante la salida del
arquero.


Vivimos en un fútbol argentino, en el que vende más lo que pasa fuera del campo de juego que lo que sucede adentro, donde la "noticia" pasa mas por un festejo desmedido de Pablo Pérez contra un plateísta en el final del partido y no por la jugada memorable de un pibe de muy bajo perfil como Cristian Pavón; que a pesar de sus 22 años demostró porque es el jugador que mas partidos lleva como titular desde la llegada de Guillermo y que posiblemente tenga ya medio boleto a Rusia para jugar el próximo mundial. Hoy en este delantero extremo (como lo era antes el wing) vemos el desequilibrio de Boca y el domingo en la Bombonera, sacando los tiempos y las diferencias, nos hizo recordar al otro 7 bravo: distinto si, pero casi igual.